24 octubre 2012

CAMBIAR O CAMBIARNOS




En el afamado libro de Spencer Johnson “¿Quién se ha llevado mi queso?” entendí que el mundo gira aunque lo queramos detener y que todo se mueve aunque algunos prefieran quedarse estáticos. Comprendí también que la vida nos coloca en diversos desafíos, muchos de ellos que nos invitan a olvidarnos y desengancharnos del pasado e ir, como lo hicieron los ratones de la historia, en búsqueda de nuevos quesos.

El común denominador de los problemas de las personas tiene que ver con CAMBIOS, con mucha gente que se le terminó el queso y se sentían como en el limbo, en la incertidumbre.

“Las cosas no cambian, cambiamos nosotros”.
Henry David Thoreau


Sus preocupaciones se enfocan en el término de una relación, cambiar de empleo, pasar por el proceso de una separación, empezar un nuevo negocio, entre otras cosas que tenían que ver con renunciar, dejar ir, acercar, volver a empezar. De alguna u otra manera, moverse de un estado a otro, o en otras palabras: CAMBIAR.

Desde la remodelación de una oficina, la  vida en pareja, las  relaciones familiares, los proyectos de trabajo, hasta viajar menos y crear nuevos proyectos donde puedan estar en muchos lados “sin estarlo”, todos te harán vivir en constante movimiento.

Ahí es donde realmente te topas con tus maestros y recibes múltiples aprendizajes, cuando sales de tu zona de confort a realizar cosas que probablemente antes eran impensables o ni siquiera formaban parte de tu agenda.

Hoy, tal vez te grita la vida y te dice: ¡Sabes donde puedes estar, sabes a dónde tienes que ir… entonces HAZLO!

Para cambiar necesitas conocerte. Primero saber dónde estás y a dónde deseas ir. No se trata de cambiar por cambiar. Necesitas descubrir las señales, mover los pies y seguirlas para que ese cambio se convierta en tu nueva realidad, la que siempre habías soñado.

“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.
Viktor Frankl

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