24 febrero 2019

SEGUIR ADELANTE



Todos lo hemos experimentado alguna vez, todos nos hemos quedado estancados en un momento puntual de nuestras vidas. Cuando esto ocurre, quedamos boca abajo y anclados en una dimensión extraña, asfixiante. Y sabemos bien que algo que se queda quieto o aferrado a algo, se estropea y como el agua estancada, se malogra.

Cuando pasamos momentos complicados hay una parte de nuestro cerebro que nos anima a seguir adelante. Es esa voz que se alinea con lo que nos dicen nuestras personas más cercanas al darnos ánimos e intentar ofrecernos el mejor apoyo y las mejores palabras. Sin embargo, hay otra parte de nuestro cerebro que se resiste al cambio y pegada por completo a esos hechos dolorosos que le han quitado la calma.

Más allá de apartar de nuestro frente todo ese cúmulo de emociones negativas que nos atenazan, es conveniente situarnos ante ese nudo emocional para entenderlo y desenredarlo.

Seguir adelante no es una opción, es una obligación.


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