Las Seis Características de la Actitud
Mental Positiva.
La Actitud Mental Positiva es un estado
de congruencia mental que nos ayuda a enfrentar los momentos menos fáciles con
mayores recursos personales.
La siguiente historia nos permitirá
reconocer qué es lo que hay detrás de una sólida actitud mental positiva. Hace
algunos años, el practicante de la Programación Neurolingüística, Gary Faris
después de sufrir un aparatoso accidente que casi le cuesta la vida, se dio a
la tarea de investigar cuáles eran las características que se encontraban
detrás de una sólida Actitud Mental Positiva. La mayor parte de su
investigación se centró en personas que también habían sufrido accidentes
principalmente en el ámbito deportivo y que igualmente casi les había costado
la vida, y que al final pudieron superar todo tipo de obstáculos, tanto físicos
como mentales.
Lo que Gary descubrió son seis patrones
de pensamiento, cualidades o características que eran comunes en todas las
personas investigadas. Dichos patrones pronto fueron también aplicados en
diferentes contextos como el cuidado de los hijos, los deportes, la política y
muy particularmente en los negocios con resultados igualmente sorprendentes. De
tal forma que al estudiar a deportistas, empresarios o ejecutivos exitosos,
cuanto más sólida era su actitud mental, más utilizaban estas seis
características.
Enseguida vamos a comentar cada una de
estas seis cualidades teniendo presente que ninguna de estas características es
más importante que otra. Es la interacción simultánea de las seis
características en conjunto la que provoca la sinergia necesaria para una
sólida actitud mental positiva.
Se ha escrito mucho acerca de la
motivación y los más recientes descubrimientos han establecido que la verdadera
motivación es una y es interna. Cuando hablamos de que a una persona que le
ofreces un aumento de sueldo o algún tipo de recompensa para cumplir con algún
objetivo, no nos estamos refiriendo realmente a motivarlos sino a estimularlos.
Por lo tanto, los estímulos son externos y es la explicación de por qué no
funcionan para todas las personas por igual.
En cambio, la motivación, al ser
interna, tiene dos vertientes o extremos a través de los cuales las personas se
desplazan: alejarse del dolor y acercarse al placer. Las personas estudiadas tenían
visiones personales específicas y motivadoras, de objetivos apetecibles o
deseables y de consecuencias desagradables que no querían experimentar.
En el caso de los mejores atletas y los
emprendedores exitosos que se valen de esta característica, utilizan de forma
simultánea ambas motivaciones. Visualizan con la mayor claridad posible las
consecuencias desagradables y específicas de las que se quieren alejar
(pobreza, por ejemplo) al mismo tiempo que observan objetivos muy valiosos y
deseables que les atraen con gran fuerza (una mejor calidad de vida). De esta
manera obtienen la máxima motivación.
2. La Importancia de Tener Objetivos Elevados
La actitud de la personas investigadas
indicaba que sus objetivos eran realmente altos, incluso a la vista de algunos
parecerían inalcanzables. Además consideraban como inaceptable cualquier
resultado inferior. Sabían que eran capaces de conseguirlos y no estaban
dispuestos a conformarse con menos. Medían sus resultados de acuerdo a sus
normas internas.
Muchas personas ante objetivos muy
altos sucumben por el hecho de parecerles inalcanzables. Las personas
investigadas, para no caer en el terreno de la decepción, necesitaban de una
forma de esperar lo mejor, incluso aprendiendo a aplazar los beneficios de
alcanzar dichas metas aparentemente muy lejanas e inalcanzables. Los siguientes
dos puntos nos muestran las claves para conseguir sus objetivos.
3. Dividir Objetivos
Las personas investigadas tenían la
capacidad para concentrarse en su proceso, en este caso, de recuperación de su
salud y la forma física paso a paso, o de fracasos económicos muy fuertes, para
el caso de los emprendedores.
Si nos planteáramos de golpe todo el
trabajo que supone cada gran proyecto, quedaríamos fácilmente rebasados. Si en
lugar de eso fragmentamos el proyecto en partes más pequeñas, como si fueran
“bocados” de un gran platillo, en pasos consecutivos, podremos seguir el
proceso y completarlo. Un amigo mío decía al respecto: “Para tener éxito,
necesitamos dividir el proyecto en un número suficientemente grande de pequeños
pasos”.
Fragmentar los objetivos en un emprendimiento complejo o poco fácil presenta dos ventajas adicionales:
• Nos capacita para concentrarnos en pequeñas tareas factibles y medibles y…
• Podemos obtener grandes satisfacciones al completar cada uno de estos pequeños pasos o “bocados”.
Con pedazos o fragmentos específicos y
medibles que alcanzar, podemos experimentar el éxito en cada pequeño logro en
el largo camino hacia nuestro gran objetivo. De esta manera, cada paso del
camino se convierte en un nuevo objetivo, con su correspondiente sensación de
satisfacción al conseguirlos uno a uno y podemos mantener viva la motivación
para continuar.
4. Combinar el Presente con el Futuro
Las personas que han mostrado una sólida
actitud mental positiva comparten su modo de pensar acerca del tiempo, el cual
combina dos habilidades. La primera consiste en mantenerse en el presente, en
concentrarse en pequeños fragmentos y objetivos o metas cotidianas. Piensan
específicamente en la tarea que están haciendo en cada momento. El actor /
político Arnold Schwarzenegger comentó acerca de su entrenamiento en el
gimnasio, que hacer un ejercicio una vez de forma consciente equivale a hacerlo
diez veces distraído.
Los deportistas y emprendedores
investigados en su etapa de recuperación (física y económica) solían
preguntarse: “¿Qué debo hacer para alcanzar mi próxima meta?”. Al vivir
plenamente la situación presente y comprometerse, no sólo involucrarse, para
hacerlo mejor, llevan a cabo acciones que les benefician.
La segunda habilidad vinculada con el
factor tiempo consiste exactamente en lo contrario de estar plenamente en el
momento presente. Se trata de la habilidad de visualizarse de forma vívida y
plena en un futuro positivo. Algunas veces, la orientación hacia el futuro
resulta mucho más provechosa para la motivación que el estar enfocado en el
presente. El atractivo de una imagen del futuro deseado, es decir del objetivo
a largo plazo, tira de nosotros hacia ese futuro, manteniendo sólidamente
nuestra motivación en el presente.
La motivación exitosa en realidad
combina ambas habilidades. Mientras que nos concentramos en realizar la pequeña
tarea inmediata, visualizamos esa brillante gran imagen de nuestro futuro como
si ya lo hubiéramos alcanzado, viendo lo que veríamos, oyendo lo que oiríamos y
sintiendo lo que sentiríamos.
Incluso en el ámbito empresarial, los
mejores planes de negocios contienen implícitamente en su redacción ambas
cualidades acerca del tiempo. Cuando se habla acerca de cual es su competencia,
su mercado objetivo y la situación actual de su negocio, están en el momento
presente. Cuando se establecen en este documento las proyecciones financieras e
indican cómo creen que van a estar en tres meses, un año o cinco, están
proyectando una imagen mental acerca de cómo quieren estar en el futuro.
5. Compromiso Personal
Se descubrió también que las personas
que mostraron una sólida actitud mental positiva, cuanto más activamente
participaban en su propio plan de rehabilitación, más se ayudaban a sí mismos,
lo cual aumentaba en gran medida sus posibilidades de plena recuperación.
Situaciones tan sencillas como aplicarse hielo en una zona inflamada, el mero
hecho de hacerlo uno mismo refuerza nuestra sensación de participación.
Ni la pasividad ni la resistencia son
los mejores caminos para la excelencia personal. Cualquier persona debe
colaborar activamente con los expertos si aspiramos a conseguir los mejores
resultados.
Cuando participamos activamente
influimos en lo que sucede y podemos notar la diferencia. Nos volvemos
proactivos en lugar de reactivos. De esta manera se incrementa nuestro
compromiso personal y enfoca nuestras energías. Nos volvemos más determinados y
activos, lo que nos conduce a un compromiso aun más grande, así como a una
mayor participación en la creación de nuestro futuro. Actuar para nosotros
mismos, aunque sea en lo mínimo, es importante.
6. Autocomparación
Esta característica tiene que ver con
la forma en que las personas investigadas juzgaban su actuación, el tipo de
comparaciones mentales que hacían.
Infortunadamente, el mundo actual en el
que vivimos nos conduce a la competencia, a querer tener más que otros, a
querer ser mejor que otros. Como resultado de ello constantemente estamos en un
proceso de estarnos comparando con otros. Y continuamos haciéndolo
indefinidamente por que ignoramos los costos.
Las personas investigadas en su
recuperación sí eran conscientes de dichos costos. Conocían la importancia
vital de evitar caer en la trampa de este hábito de estar comparándose con
otros. Si lo analizas por un momento, siempre habrá personas que serán mejores
que nosotros en algunas cosas, y siempre seremos mejores que otros en algunas
cosas más. No ser conscientes de ello nos acarrea un gran desgaste mental y un
gran estrés.
La investigación realizada por Gary
Faris descubrió que, en lugar de compararse con otras personas de cualquier
nivel, los verdaderos triunfadores sólo tomaban en cuenta su propio progreso,
es decir, la comparación la hacía hacia el interior, hacia ellos mismos.
Establecían una “autocomparación”. Se hacían preguntas como: “¿Cuánto he
progresado desde ayer, o desde la semana pasada? ¿Y desde el mes pasado? ¿Y
desde el año pasado?”. Todos podemos aprender a hacerlo, a medir nuestros
avances con respecto a nuestro propio desarrollo y crecimiento, ya sea personal
o profesional.
Piensa en el siguiente cuestionamiento:
¿Qué harías si supieras que no puedes fallar? Cuando comenzamos a practicar
algo por primera vez, ya sea algún deporte o algún instrumento musical
recordarás que al principio cometemos muchas equivocaciones y que
posteriormente, estas experiencias se convierten en la base de todo éxito. El
precio a pagar es un largo aprendizaje y una fuerte dedicación en la actividad
que se haya escogido.
Muchos de nosotros, cuando entramos en
este proceso de aprendizaje nos puede suceder una de dos cosas: o continuamos
aprendiendo y procurando alcanzar el éxito en eso que emprendimos, sin importar
el grado de complejidad de la tarea o, por el contrario, abandonamos el
emprendimiento en cuestión. Entonces, ¿cuál es la razón por la que abandonamos
unas cosas y continuamos con otras?
La investigación llevada a cabo por
Gary Faris puede darnos parte de la respuesta: la rapidez con la que
experimentamos algún progreso. ¿Cuánto tiempo tardamos en experimentar la
primera sensación de competencia, el primer sentimiento de progreso genuino?
Esta sensación de percibir el avance tiene su origen justamente en comparar
nuestros inicios con nuestros logros actuales, es decir, en una
autocomparación.
Es muy importante tener presente que el
verdadero camino hacia los resultados se mide con nuestro propio progreso
individual. Por un momento piensa en tus hijos y en tus hijas: si permitimos
que disfruten de esta autocomparación, podrán buscar la inspiración en los
éxitos ajenos como modelos de excelencia y los percibirán como fuentes de una
valiosísima información sobre sus propios avances. Enseñar a nuestros hijos e
hijas a establecer autocomparaciones, lo más probable es que sea uno de los
mejores regalos que les podamos dar.
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